¡Bologna! Por fin camino por tus empedradas calles llenas de Historia y
de tantos, tantos pasos de estudiantes que a lo largo de los años han hecho de
ellas escenarios de las ganas de comerse el Mundo. Eso es lo que me inspira
esta encantadora ciudad; ilusión y felicidad cuando al abrir la ventana veo un
mar de techos rojizos, paredes anaranjadas y ventanas de color verde, cuando
por la mañana el olor a café y a pan recién hecho invade las calles mezclándose
con el caos matutino de las bicicletas y los coches, cuando al perderte basta levantar la cabeza en alto para ver le torre asinelli y orientarte. Esconde sorpresas que hacen que el día sea especial, esconde un encanto único que provoca que no quieras volver a casa por el mismo camino cada día, esconde un amalgama de sensaciones que te envuelven.
Es una ciudad que desde que aterricé se que me hará, sin duda alguna, muy feliz.
Ciao cara Bologna , ci vediamo domani!